lunes, 23 de mayo de 2011

La vida posmoderna

Todo lo sólido se desvanece en el aire
y un fantasma recorre Europa y la casa.
El living, el baño, la galería;
el sótano, las piezas, la terraza.
Los muertos de ayer
son la sal del recuerdo
y hay guirnaldas colgando
desde la última era de paz.
El viento que ahora se levanta
lleva latidos, tamborileos, repiques
de la marcha enérgica y voraz
contra el imperio del abandono
y las despedidas.
Hay que sembrar de álamos
el desierto;
comprar belleza y felicidad en cuotas fijas;
pagar las hipotecas vencidas
¡y nunca seremos familias rotas!


Lisandro




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