martes, 21 de junio de 2011

Una tirada del I ching jamás abolirá el azar

Verdad Interior. Cerdos y peces.¡Ventura! Es propicio cruzar las grandes aguas. Es propicia la perseverancia. El dictamen otoñal del I ching se había volcado de tus labios. Yo me recuerdo musical y presa de los mosquitos aquella mañana-mediodía calurosa y mística. Era otoño.
      A veces hay cosas que se olvidan en lugares inesperados. Se pierden tarjetas de crédito y documentos, anillos, celulares, cartas de amor o de despido; se te pierde una mascota, una herramienta; hasta yo me perdí una vez en la playa y la gente aplaudía (pensaba que festejaban mi perdición) Lo que se pierde es difícil de encontrar, de reencontrar.  A mi me gustan las canciones que hablan de las cosas que se pierden, me gusta perderme, me gusta perder cosas, me gusta no volver a encontrarlas. Me gusta imaginar el azar que irán a correr. En el jardín y en la escuela primaria estaba la cajita de cosas perdidas, por lo general utiles, ropa, muy de vez en cuando dinero...Yo jamás reclamaba lo mío. Imaginaba que las maestras se repartían aquel botín de cosas mínimas. Me complacía en pensar qué harían con ellas. Si se las darían a sus hijos o sobrinos. Tal vez —pienso ahora— las tiraban a fin de año. Igual, así, podrían haber sido rescatadas por los hombres de la bolsa y también correrían una suerte para imaginar.
      Ahora llega el invierno con cosas nuevas, cosas en sintonía con el viento y el frío. Bufandas y guantes de lana, tazas de té caliente, colchas, comidas a la cacerola, chocolates, retrospección, música cálida, humo sobre los techos, olor a leña quemada... Cosas que se van a perder de a poco con la primavera y sus transformaciones. La gente disfruta mucho de estas mutaciones dicotómicas: verano/otoño, invierno/primavera. Siguen una larga tradición china: silencio/sonido, vida/muerte, calor/frío, cuerpo/mente, etc...
     El I ching no miente. Perder cosas implica un cambio. En el cambio están las cosas perdidas, cosas para imaginar y reinventar. Reinventarse es como tener pequeños nuevos nacimientos. Las mutaciones hacen del cuerpo y del alma dos espejos enfrentados: inventan la infinitud. Entonces hay que considerar el infinito de los espejos enfrentados en la dicotomía de las cosas perdidas. Calor/frío en el cuerpo y en el alma, quietud/movimiento en cuerpo y alma, amor/odio con el cuerpo y con el alma, vida/muerte de los cuerpos y las almas...
      Es propicio cruzar las grandes aguas...del invierno



Lisandro

PD. Reinventate, no te pierdas.

      
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario